Una silla a los pies de la cama. Sentada en ella con las piernas apoyadas en el colchón. Tú tumbado en la cama. Ambos leyendo. De fondo, la televisión. En silencio.
Y me sentía segura. Segura de que son esos los momentos que quiero vivir ahora y para siempre. Contigo y con nadie más.
Porque cada día, hay pequeños gestos, pequeños instantes pequeñas vivencias que son las que construyen las relaciones. Pequeñas cosas que nos hacen conocernos y saber casi con total seguridad que eres esa persona que la gente dice que no existe; MI MEDIA NARANJA.
El amor de mi vida.
Te quiero.
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